En el intento de estar delgados y seguir los cánones de belleza que impone la sociedad actual, muchas personas recurren a cualquier tipo de “solución” para bajar esos kilos de más: desde dietas, ejercicios sofisticados, ayunos, y hasta las “famosas” pastillas para adelgazar que, mediante alguna “formulación mágica”, prometen resultados rápidos. Pero, ¿cuáles son sus riesgos para la salud?
Las distintos tipos de pastillas que “ayudan” a adelgazar pueden considerarse verdaderas “bombas de tiempo”. Si bien en un principio pueden lograr su propósito adelgazante, a corto o mediano plazo se producirá un “efecto rebote”, que muchas veces lleva a las personas a aumentar el doble o el triple el peso que tenían al inicio del tratamiento. Además, se puede producir diversos efectos colaterales y, en los casos más graves, el organismo puede enfermar.
Distintos tipos de pastillas riesgosas
- Diuréticos y laxantes:
En general, se trata de pastillas o infusiones a base de plantas conocidas por sus propiedades diuréticas y laxantes, como té verde y ciruela. Estos pueden ser efectivos en ciertos casos puntuales, donde existen problemas digestivos, de retención de líquidos o problemas de estreñimiento, pero no eliminan la grasa del cuerpo. Es decir, no sirven para adelgazar.
¿Cuáles son sus riesgos? En exceso pueden favorecer la deshidratación del organismo, pérdida de potasio y de otros nutrientes, lo que puede provocar fatiga, dolor de cabeza y vértigos. Además, el uso inadecuado de laxantes puede llevar a la pérdida de los hábitos de funcionamiento del intestino. Los laxantes que estimulan el colon actúan directamente sobre las fibras nerviosas de esta parte del intestino grueso, por lo que, si se consumen durante tiempos prolongados, pueden terminar alterando sus funciones de forma permanente e irreversible, provocando que luego el colon sea incapaz de producir por sí mismo las contracciones musculares, y por lo tanto no se facilite el tránsito de la materia fecal. Algunos laxantes lubricantes también pueden interferir en la absorción de ciertas las vitaminas contenidas en los alimentos.
- Inhibidores de la absorción de grasas
Actúan inhibiendo las lipasas (enzimas presentes en el organismo) al unirse a estas en la luz intestinal, e impidiendo la absorción del 30% de las grasas ingeridas, que son eliminadas con las heces.
Se prescribe a pacientes con Índice de Masa Corporal (IMC) de 30 o más, si se asocia a patología secundaría a la obesidad, y que hayan demostrado buen cumplimiento de planes dietéticos previos.
¿Cuáles son sus riesgos? Los efectos adversos son mayormente gastrointestinales. También suelen provocar aceleración del ritmo cardíaco, aumento de la presión arterial, boca seca, fatiga. Además, están contraindicados en caso de hipertensión, enfermedades cardiovasculares, glaucoma y pueden interactuar con otros medicamentos.
- Sustancias naturales que influyen sobre sensación de saciedad
Se trata de productos a base de fibras que se hinchan en el estómago y dan sensación de saciedad. Los preparados más habituales son los derivados de la pectina, del glucomanano y de gomas naturales.
Suelen tomarse entre 10 y 30 minutos antes de las comidas produciendo sensación de distensión y de saciedad. Se utilizan en el tratamiento de la obesidad.
¿Cuáles son sus riesgos? La fermentación de la fibra por las bacterias en el colon, puede producir: flatulencia, distensión abdominal, meteorismo y dolor abdominal. Por esta razón, cuando se aconseja aumentar el consumo de fibra se planea que el mismo se realice de forma gradual para que el tracto gastrointestinal se vaya adaptando. Todo esto acompañado con un adecuado aporte hídrico.
- Inhibidores del apetito
Contienen por ejemplo cafeínas o efedrinas, un alcaloide que se encuentra en las anfetaminas. Actúan a nivel central sobre la recaptación de neurotransmisores, aumentando su biodisponibilidad y produciendo una disminución o supresión del apetito.
No deben consumirse sin prescripción médica.
¿Cuáles son sus riesgos? Peligrosos efectos secundarios y alto riesgo de adicción. Tomados de forma indiscriminada, pueden llegar a provocar disfunciones intestinales, cánceres de colon, daños endocrinos y adicción, entre otras muchas dolencias.
El riesgo de la combinación
Teniendo en cuenta que todos las sustancias mencionadas tienen algún efecto colateral para el organismo, y más si el consumo de las mismas es prolongado, la combinación de éstas puede resultar todavía más prejudicial. Los efectos secundarios de las píldoras para adelgazar pueden variar enormemente porque muchas de éstas contienen un cóctel de ingredientes y diferentes instrucciones de dosificación. Las sobredosis accidentales es un problema común al tomar estas pastillas para adelgazar y los peligros para salud son mas notorios al incrementar el consumo, combinar diferentes tipos y prolongar en el tiempo la ingesta de las mismas; e inclusive pueden inducir con mayor facilidad a un efecto rebote con un incremento importante del peso posterior.
LA PALABRA DE LA ESPECIALISTA
Licenciada Daiana Pérez, Nutricionista
Lo ideal, como siempre, es poder planear el descenso de forma gradual, acudiendo a profesionales que guíen el proceso. Los planes que suelen ser titulados como “mágicos”, nunca lo terminan siendo a largo plazo, ya que lo que sirve es aprender a tener hábitos alimentarios correctos y ponerlos en practica diariamente.
Dentro de las opciones que se han mencionado, las fibras serían lo único que se puede llegar a aconsejar como herramienta complementaria al plan de alimentación. Con esto quiero decir que incorporando alimentos ricos en fibra, se puede ayudar a que la fibra cumpla su función y permita generar mayor sensación de saciedad en el momento de la ingesta, lo que puede implicar un consumo de menor cantidad de alimentos. Los alimentos ricos en fibra son las frutas y verduras, preferentemente con cáscara en aquellos casos que sea posible, las harinas integrales y las legumbres, entre otros. Todo esto se encuentra favorecido con actividad física regular y un adecuado aporte hídrico diario.
Lo importante es tener en cuenta que el consumo de muchos de estos productos vendidos como “mágicos” hacen que uno juegue con su salud por el simple de hecho de querer lograr resultados en un periodo menor de tiempo.
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