Aquí presentamos los beneficios de la práctica de la meditación para mantener la salud del músculo más importante del cuerpo.
Las enfermedades del corazón y los derrames cerebrales son la principal causa de muerte alrededor del mundo. Por ello, desde 1999, las organizaciones que componen la Federación Mundial del Corazón celebran en septiembre el Mes Mundial del Corazón. Durante todo el mes, estas entidades difunden los factores que llevan a una persona a padecer enfermedades cardíacas y otros rituales de prevención.
Desde nuestra publicación aportamos nuestro granito de arena y presentamos los beneficios de la meditación para cuidar el corazón.
Técnica milenaria
La Meditación es una técnica natural que se caracteriza por la armonización y sincronización (consciente) de los dos hemisferios del cerebro gracias al cual se alcanza un estado mental trascendente o vibratoriamente superior. Esto produce significativos cambios fisiológicos y un mejoramiento en la calidad de vida del paciente meditante, porque encuentra en su interior un sentido a su realidad existencial.
Corazón contento
La meditación produce un estado en el individuo que beneficia la salud del corazón. Veamos…
Menos oxígeno: durante la meditación se comprobó un descenso en el consumo de oxígeno y de anhídrido carbónico, mayor que el del sueño profundo, el estado de relajación y el de la hipnosis.
Muchos investigadores creyeron que esta disminución sería peligrosa. En verdad, se comprobó que este descenso significa una natural reducción en el nivel metabólico de la actividad celular del organismo: un “Descanso Celular” beneficioso para las células.
El ritmo cardíaco disminuye al igual que la cantidad de sangre que fluye por las arterias desde el corazón, demostrando todo ello un profundo y armónico descenso metabólico durante la meditación.
Más relajado: durante la meditación hay un aumento de la temperatura de la piel entre 0.4 a 1.6 grado centígrado, con un aumento del flujo sanguíneo muscular lo que explicaría la disminución del lactato arterial y la grata y subjetiva sensación de relajación al meditar.
Más sangre: el corazón con menos esfuerzo envía más sangre a los músculos lo que permite declarar que al meditar se está en un profundo estado de descanso en alerta mental.
Menos presión: los cambios en la presión arterial para la técnica de meditación incluyen reducciones promedio de 5,0 puntos en la presión sistólica y 2,8 puntos en la presión diastólica siendo de este modo uno de los programa más beneficios en la reducción del estrés que combinan ejercicios y fármacos.
Comprobado por la ciencia
Según la licenciada Alicia Souto, de la Escuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador (Argentina), durante la meditación disminuyen el ritmo cardíaco, la presión arterial y la demanda de oxígeno. Según un estudio que ella codirigió en el Centro de Investigaciones Endocrinológicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Plata y el Conicet ,si la práctica es regular, el colesterol baja y las lipoproteinas de alta densidad aumentan.
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